Cómo conectarse con Dios

Compartir

hombre orandoCada año nuevo, después de evaluar el que termina, nos proponemos nuevas metas. Me atrevo asegurar que la mayoría de los cristianos, nos proponemos cada año estar más conectados con Dios. Christianity Today publicó la siguiente lista de formas creativas para hacerlo.

1. Ore con alguien.

Salvo algunas excepciones, para muchos el orar requiere un poco de esfuerzo. Incluso Jesús se dio cuenta de ello (Marcos 14.38). Y si bien necesitamos tiempos de oración privada, también necesitamos el apoyo de la oración de los demás. De manera que, pídale a un amigo o familiar reunirse con usted para orar al menos una vez por semana. Comparta algunos asuntos de su vida  y oren unos por otros. Este acto le brindará no solo la oportunidad de estrechar su relación con esta persona, sino que de acercarse más a Dios.

2. Tome un día libre.

Aunque Jesús no quería “honrar el día de reposo” para convertirse en un ritual sin sentido (Marcos 2:27), él creía que alejarse y centrarse en Dios es realmente importante. Honrar a Dios el día de reposo debe ser un día cada semana, (comúnmente el domingo), cuando se toma el tiempo de su horario regular para descansar y conectarse con Dios con su comunidad cristiana. Cuando se aleja del trabajo escolar y otras cosas que distraen, hay espacio para descansar, pensar y orar acerca de lo que realmente importa.

3. Desconéctese.

De vez en cuando, desconecte todos sus juguetes de alta tecnología. Juegos de video, televisores, teléfonos celulares, internet, todo. (El mundo no se acabará) Use este tiempo para hablar con un amigo, cara a cara. Dar un paseo. Leer una buena novela. Leer la Biblia. O simplemente sentarse en silencio, dejando que Dios hable a su corazón sin todas las distracciones normales.

4. Memorice versículos bíblicos.

La Palabra de Dios “expone nuestros pensamientos y deseos más íntimos”. Y dice que podemos mantenernos puros al obedecer la Palabra de Dios. Cuando memorizamos las Escrituras, tenemos un buen pensamiento listo cuando lo necesitamos. Está en nuestras cabezas, lo que ayuda a tomar buenas decisiones y a reflexionar sobre las promesas de Dios. Escoja un versículo favorito y escríbalo en su espejo con un marcador de borrado en seco. Cuando se mire en el espejo, repita el versículo en su cabeza. Cuando lo haya memorizado, escriba uno nuevo y siga memorizando.

5. Hable menos y haga más.

Hablar demasiado por lo general nos mete en problemas. Así que es mejor practicar la disciplina de “domar la lengua” y centrarse en las palabras de aliento para hablar. (Santiago 3: 2-12 y Proverbios 16:24) Aléjese de los chismes y de cualquier otro mal hábito o ambiente dañino. Más bien concéntrese en hacer algo bueno por los demás en el anonimato. Aunque la televisión y algunas revistas, portan una y otra vez el mensaje: La fama es mejor que cualquier otra cosa. Mateo 6: 1-6 nos demuestra que Dios piensa de manera diferente. Cuando hacemos cosas buenas por los demás, sin que ellos lo sepan, evitamos convertirnos en arrogantes o de tener la necesidad de aprobación de los demás. Así que, ¿por qué no escribir una nota anónima de aliento a alguien? O tal vez dejar un pequeño regalo para un profesor o un amigo? También puede orar por alguien sin ellos saberlo. Haga lo que haga, hágalo por Dios. Él está mirando y está contento con sus actos desinteresados y secretos de bondad.

6. Celebre el don de la vida.

La vida en Cristo es lo mejor de todo, por lo que hay que celebrarlo y hay muchas maneras de hacerlo. Cantar una alabanza para él, tomar fotos de su hermosa creación, escribir un poema, pintar un cuadro, compartir una deliciosa comida con amigos, jugar, ¡reír! Haga lo que haga, hágalo como una manera de alabar a Dios y darle gracias a Dios por el gran don de la vida.

Compartir