Cristianismo sin Cristo

Compartir

Photo: Pixabay
Photo: Pixabay

«En todos los niveles de nuestra vida parecemos vivir más y más con las cosas privadas de su esencia. Cerveza sin alcohol, carne sin grasa, café sin cafeína… y aún sexo virtual sin sexo» (Slavoj ZiZek). Y yo digo: «Y Cristianismo sin Cristo»

Cuando digo mundo, me refiero a todo lo opuesto al Reino de Dios. Veo al mundo dentro de algunas expresiones de iglesia, así como veo al Reino en muchas cosas que no parecen iglesia. Las etiquetas son útiles para nosotros, hombres y mujeres mortales, limitados por nuestro lenguaje y lo que conocemos. Podemos poner una etiqueta sobre un envase pero lo que hay dentro no necesariamente es lo que la etiqueta dice. Esto pasa por varias razones: porque se nos acabaron los envases, porque pensábamos que ese era el contenido del envase o simplemente porque quiero engañarme o engañar a otros. Es obvio nos volveríamos locos si cada vez que miramos algo (o a alguien) y su etiqueta lo analizamos bajo las sospechas de estas tres opciones. Así que confiamos en otras cosas para desechar algo (o alguien) que puede no coincidir con la etiqueta: el olor, el color, el aspecto, su densidad, etcétera etcétera y etcétera.

Bajo nuestras propias definiciones de Reino, etiquetamos algo como “de Cristo” o no. Pero al ir observando de cerca qué significa el Reino, cuánto cuesta involucrarse, y qué exige de nosotros el seguir a Cristo como discípulos, empezamos a aguar el mensaje. Cuando vemos que el mensaje del Reino no es tan atractivo y que las estructuras de liderazgo que contienen el mensaje del Reino son poco atractivas, para que más y más personas se unan a «nuestra causa» (que realmente no es nuestra, no todas son de Dios). Son inútiles dentro del «maldito mundo», entonces empezamos a incluir antes poco a poco, y luego descaradamente, las estructuras que nos permitan ganar más adeptos. Buscamos excusas para de alguna forma decir que eso no era realmente lo que Cristo quería decir y otro tipo de disparates. Si prestamos atención este es el mensaje que damos o que se nos está dando: «No importa que no se parezca mucho al Reino, pero los que están aquí dicen (en su etiqueta) cristianos. Son Miembros, pero si quieres les cambiamos las etiquetas a Discípulos». Los ministros son Líderes pero si quieres le cambiamos las etiquetas a Servidores. Como si al cambiar los términos, cambiaran mágicamente los ministerios. Si miras por dentro lo son: huelen, se ven, van, y hacen lo que los cristianos deben hacer. Al final, miles y miles están viniendo al Señor (jejejejeje). ¡Wow! Nos están gritando: El fin justifica los medios.

Una vez vi un comercial de un picante que picaba poco, ese era su atractivo. Para mí, amante del picante, era una estupidez. Así que, cuando escuché la frase que está al principio de boca de Zizek (no precisamente un hombre cristiano) lo primero que pensé fue: «Todo esto que vemos es un: Cristianismo sin Cristo».

Compartir