Dejemos la actitud imprudente de atrevemos a coquetear con el pecado

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lunes 22 de julio de 2013 – 01:57 p.m. 200

¡Jugando Con Fuergo!

Era la noche de un sábado como cualquier otro, el circo realizaba su función como cada fin de semana, todo parecía dentro de lo normal,  hasta que uno de los tigres, atacó brutalmente al domador, a quien lesionó mortalmente con sus garras.

El domador, de 35 años, fue trasladado urgentemente a un hospital, pero perdió la vida por hemorragias mientras recibía atención médica.

En redes sociales circula un video captado por un asistente en el momento del ataque y en el que se ve cómo el tigre se lanza contra el domador y por varios segundos lo mantiene asido por el cuello en medio de los gritos de la multitud y los vanos intentos de otros domadores que trataban de rescatarlo de las garras del tigre.

Lamentablemente esto no fue un hecho aislado, sino que existen muchos más. Hace algunos años otro tigre, muy dócil en apariencia y que incluso era utilizado para que los espectadores se tomaran fotos con él, atacó a una joven mujer en su yugular  provocándole una herida muy grave. Tristemente ella murió después de varios días de luchar por su vida. La verdad es que, aunque se los quiera domesticar,  la naturaleza de los tigres es salvaje y en el momento menos pensado la pueden dar a conocer.

¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen? Proverbios 6:27-28

Muchas veces nos pasa que nos creemos expertos domadores de nosotros mismos, de nuestros instintos y tentaciones a tal punto que imprudentemente nos atrevemos a “coquetear con el pecado”. Por ejemplo, en una relación de noviazgo, vemos como hay jóvenes que piensan que pueden manejar sus límites, sin embargo y lamentablemente vemos como terminan cayendo en pecado. Así como la naturaleza del tigre es salvaje y agresiva, la del hombre es su tendencia al pecado. Pensamos que podemos dominarlos pero el jugar con fuego a menudo nos lleva a terminar quemados.

«No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal» Proverbios 3:7

Si has tenido ésta actitud, debes entender que eres humano y no puedes persistir en tu propia opinión, porque nosotros podemos equivocarnos, más la guía de nuestras decisiones debe ser en el temor de Jehová. No importa lo fuerte que te sientas, sino que lo importante es que obedezcas a Dios apartándote del mal. Recuerda que Él quiere que sus hijos lo amen y procedan con humildad, a diferencia de aquellos que piensan que tienen el poder y por lo tanto se llenan de orgullo.

¡Escucha su voz y no la tuya! Podría ser peligroso.

Por: Shirley Chambi.

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