Esfuérzate Y Se Valiente, No Temas Ni Desmayes

Compartir

Muchas veces a lo largo de nuestras vidas, cuando estamos mas cerca de la bendición que Dios tiene para nosotros, somos victimas del desanimo y olvidamos que Dios prometió no desampararnos nunca. A propósito, la únicas personas que se desaniman son aquellas que luhan por algo grande. El desanimo rara vez toca al corazón de la gente sin visión y sin metas, siendo el arma del enemigo para aquellos q saben lo que quieren.

Mira que te mando que te esfuerces  y seas  valiente; no temas ni desmayes. Porque Jehová tu Dios estará contigo  en dondequiera que vayas” Josué 1:7

En el libro de Josue, cuando el pueblo de Israel se preparaba para la conquista de Canaan, y entrar en la tierra prometida, Dios le promete a Josuè que nunca lo desamparará y requiere de él de dos virtudes indispensables, el esfuerzo y la valentía. Dios no ha cambiado hoy y requiere que sus hijos nos mantengamos en pie de lucha frente a las adversidades.

Esforzarse

Significa continuar hacia delante, es un paso más, la milla extra que debemos caminar antes de la victoria final. La gente que triunfa nunca mira atrás. La diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario es el esfuerzo extra. Los hombres y mujeres de éxito son aquellos que hacen las cosas que la gente ordinaria no desea hacer.

“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado, pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que esta delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14.

Ser valiente

No significa  ausencia de temor, todos los hombres hemos sentido miedo en algún momento. El valor es la capacidad para continuar a pesar de los temores. La mejor manera de ser valiente es enfrentar lo que tememos. Es mejor hacer las cosas con miedo que no hacerlas porque tememos. Dios no nos ha dado el espíritu de cobardía, sino de poder, amor, y dominio propio.

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones, por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza.” Salmos 46:2

No desmayes

Desmayar significa perder las fuerzas. Es muy fácil desmayar cuando hacemos las cosas con nuestro brazo de carne. La mejor manera de evitar desmayar es hacer las cosas a la manera de Dios y en el tiempo de Dios.

“El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas: levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.” Isaías 40:29-31.

Esfuérzate, se valiente y no desmayes. No le permitas al desanimo cortar en dos los grandes planes que Dios tiene con tu vida. El Señor ha prometido estar contigo para librarte. Los grandes propósitos conllevan a grandes batallas, las grandes batallas terminan en grandes victorias, y las grandes victorias cimentan  nuestra fe a mayor profundidad. Cuando el desanimo toca a tu puerta simplemente no respondas, no le abras, y no le des entrada. Déjalo afuera de tu corazón.

Josué 1:9 – Sé fuerte y valiente

Hay momentos en los que necesitamos tomar una decisión importante o dar un paso de fe y leemos el versículo de Josué 1:9 en busca de ánimo y fortaleza. Ahí encontramos la promesa de que Dios acompañaría a Josué dondequiera que fuera y nos gusta reclamar esa promesa como nuestra. La historia detrás del versículo manifiesta la fidelidad y bondad de Dios hacia Josué y hacia su pueblo. Ahora bien, ¿quién fue Josué y bajo qué circunstancias recibió esa promesa?

Dios escoge algunas personas desde jóvenes para realizar un trabajo en específico y Josué es un ejemplo. Él nació en Egipto bajo la esclavitud y opresión del Faraón. En Éxodo 17 se le menciona por primera vez cuando Moisés lo designó como líder de un grupo que iría a combatir a los amalecitas en Refidín. Esa es la primera de varias victorias que Josué experimentaría durante su vida. Josué no lo sabía aun, pero un día él sería el sucesor de Moisés dirigiendo al pueblo.

En su juventud Josué fue asistente de Moisés; hacía guardia frente a la Tienda de reunión donde Dios hablaba cara a cara con Moisés y le daba instrucciones para el pueblo. Josué tomaba muy en serio su trabajo y se destacaba por su dedicación.

Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo. Después de eso, Moisés regresaba al campamento; pero Josué, su joven asistente, nunca se apartaba de la Tienda de reunión.
(Éxodo 33:11)

El verdadero nombre de Josué era Oseas, pero Moisés se lo cambió por Josué que significa «Jehová es salvación». Él fue uno de los doce espías que Moisés envió a explorar Canaán, la tierra que Dios había prometido dar a los israelitas. Caleb y Josué fueron los únicos en dar un informe positivo y lleno de fe animando al pueblo a obedecer a Dios y a ir a conquistar la tierra de Canaán. Gracias a su confianza en las promesas de Dios se les permitió entrar a la Tierra prometida (Núm. 14:30).

Sucesor de Moisés

Cuando Dios avisó a Moisés que se acercaba su muerte, Moisés pidió un nuevo líder para el pueblo (Números 27:17). Dios nombró a Josué porque era un hombre de gran espíritu, o dicho en otras palabras, era un hombre en quien moraba el Espíritu de Dios (Números 27:18). Moisés lo comisionó como su sucesor antes de morir y el pueblo reconoció de inmediato que su liderazgo provenía de Dios.

Entonces Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés puso sus manos sobre él. Los israelitas, por su parte, obedecieron a Josué e hicieron lo que el Señor le había ordenado a Moisés.
(Deuteronomio 34:9)

Compartir