La idolatría del liderazgo

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Optimized-bob-coy-calvary-chapel-ft-lauderdaleDesde hace varias décadas han proliferado los mega-pastores que lideran enormes mega-iglesias, y terminan, muchos de ellos, convirtiéndose en una especie de celebridades. Lamentablemente muchos de sus seguidores idolatran a estos pastores a tal punto que cuando éstos fallan, el daño para sus vidas es irreparable. 

Recientemente el megapastor de la iglesia Calvary Church de la Florida, Bob Coy, dimitió de su cargo en la iglesia que él mismo había fundado, en medio de acusaciones de “fallas morales”.  La pregunta que debemos plantearnos es ¿Qué podemos aprender de la partida de Bob Coy del liderazgo de la iglesia?

El pasaje de Éxodo 32, narra el momento en que los israelitas se cansan de esperar en Dios para responder a sus oraciones y deciden adorar una estatua de oro artesanal en su lugar. Este pasaje nos recuerda cómo nuestra se cultura se parece a la de ellos al idolatrar cosas como: el dinero, los bienes materiales, el poder, el sexo y la fama.

Nosotros pensamos como cristianos, que estas cosas están por debajo de nosotros; nuestra esperanza está en Cristo, no en las cosas terrenales. Pero ¿Qué hay de nuestros pastores? ¿Qué pasa con esos líderes de la iglesia que parecen santos, intocables casi infalibles? Tienen iglesias prósperas, hermosas familias y todas las comodidades que puedan necesitar ¿Pero qué pasa con ellos?

¿Cómo nos aseguramos de que estamos honrando a nuestros líderes, pero asegurándonos que ellos mismos estén siendo discipulados? También debemos preguntarnos a nosotros mismos: ¿dónde estamos poniendo nuestra esperanza? ¿Es realmente en Cristo, o en lo que buscamos exclusivamente en nuestros líderes terrenales para mantenernos a flote?

La caída de uno de estos “gigantes” debe servir para recordarnos que:

1. Es en Jesús, y no en ningún pastor o líder donde debemos fijar nuestra mirada, nuestra fe y nuestra esperanza.

2. Que nuestros pastores y líderes son seres humanos como cualquier otro, propensos a fallar y a caer.

3.  Que la misericordia y el amor de Dios es infinita, por lo cual no nos toca a nosotros emitir juicio.

Rob Hoskins, el director del ministerio One Hope Ministries, escribió recientemente en respuesta a acusaciones hechas al pastor Coy: “Todos tenemos fallas, heridas y decepciones que llevamos con nosotros como llagas – algunas abiertas, expuestas y sangrantes y, otras cubiertas y ocultas”.

La respuesta de Hoskins nos recuerda que todos somos pecadores, pero todos estamos cerca de lo mejor que Dios tiene para nosotros (Romanos 3:23). “Esto no se trata de la historia de la caída de un mega- pastor”, dice. “Es sobre la historia de los mega- pecadores, de los cuales yo también soy uno”, dice.

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