Reflexiones sobre la Parábola del Sembrador

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El texto que sirve de base a nuestra reflexión sobre la reconciliación es la Parábola del sembrador, que se encuentra en Marcos 4:1-20.

Reflexiones sobre la Parábola del Sembrador

La Parábola del Sembrador aparece en tres de los Evangelios: Mateo, Marcos y Lucas. En los tres evangelios, sus escritores inspirados por el Espíritu Santo presentan la parábola y su interpretación como fue provista por el Señor Jesús.

La parábola lee como sigue:

“El sembrador salió a sembrar su semilla; y al sembrarla:

  • una parte cayó junto al camino, y fue pisoteada y las aves del cielo se la comieron.
  • Otra parte cayó sobre la roca, y tan pronto como creció, se secó, porque no tenía humedad.
  • Otra parte cayó en medio de los espinos; y los espinos, al crecer con ella, la ahogaron.
  • Y otra parte cayó en tierra buena, y creció y produjo una cosecha a ciento por uno.

Luc 8: 4 – 8

Esta parábola habla de un sembrador, ¿quién es el sembrador? El sembrador es el que cree y confiesa que Jesús de Nazareth es el único camino para llegar a Jehová Dios. La semilla es la palabra de Dios; las buenas nuevas de salvación por la fe en el Señor Jesús. Sembrar la palabra es predicar las buenas nuevas de salvación.

El creyente (cristiano) tiene la responsabilidad de salir continuamente a sembrar la palabra de Dios. Esta responsabilidad consiste, primeramente, en predicar la palabra y una de las formas más efectivas de hacerlo es a través del modelaje. Se espera que el creyente viva la palabra que predica. La segunda responsabilidad es regarla, en otras palabras, visitar a las personas a quienes se predicó la palabra para instruirlos en el Camino de Dios. Esta segunda fase se conoce como seguimiento. La tercera fase, la de crecimiento, le corresponde a nuestro Dios. Como dice la escritura: “Pablo sembró, Apolos regó, pero el crecimiento la da Dios”.

Según la parábola, cuando se siembra la semilla, esta puede caer en cuatro tipos de ambientes: junto al caminosobre la rocaen medio de los espinos y en tierra buena. ¿Qué representa cada uno de estos ambientes? ¿Qué le sucede a la semilla que es sembrada en cada ambiente? Estudiemos a fondo cada uno de estos ambientes para ver qué tipo de corazón o persona representan.

Junto al Camino

La que es sembrada junto al camino, es pisoteada y las aves del cielo se la comen. Sembrar cerca del camino equivale a oír (escuchar) la Palabra. En otras palabras, estas son las personas que escuchan la palabra, pero la misma no halla lugar en el corazón de ellos – se queda fuera en la superficie. El corazón de estas personas está completamente endurecido. Son duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos, resisten al Espíritu Santo [Hechos 7:51].

El texto indica que estas personas se quedan en la etapa auditiva; de hecho, oyen con dificultad porque su corazón es malo. Ellos no logran entender la palabra. Como consecuencia de sus actitudes, el diablo arrebata la palabra de sus corazones para que no crean y se salven. El evangelista Marcos dice que el diablo les arrebata la palabra al instante. Esto sucede así porque sus corazones están completamente endurecidos. Estas personas terminan con el entendimiento entenebrecido, ajenos a la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón. [Efesios 4:18]. El corazón de estas personas está engrosado, oyen pesadamentesus oídos están tapados; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane. [Hechos 28:27].

[OYE CON DIFICULTAD : NO ENTIENDE : NO CREE]

Los que no pasan de la etapa auditiva es porque su corazón está totalmente endurecido. Ni tan siquiera reciben la palabra con gozo.

Sobre la Roca [conflicto y tentación]

La que fue sembrada sobre la roca, tan pronto crecióse secóporque no tenía humedad. En ocasiones, sobre las rocas hay capas delgadas de tierra en donde una semilla puede crecer. En este caso la semilla crece por un tiempo, pero cuando las circunstancias del tiempo comienzan a manifestarse (sale el sol), la semilla se seca debido a que no tiene agua. A esta semilla le faltó agua, que es ingrediente de vida.

Estos son mas nobles que los anteriores, puesto que no solamente oyen la palabra sino que además la reciben con gozo. De manera que este

[OYE : ENTIENDE : RECIBE (CREE POR POCO TIEMPO)].

El problema de estos es que solo “creen por un tiempo“, son de muy corta duración. Tan pronto vienen los problemas (aflicción o persecución por causa de la palabra) y/o las tentaciones abandonan el evangelio. La vida está llena de problemas y de tentaciones. De hecho el Señor Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción (problemas), pero confiad yo he vencido al mundo”. El que abandona el evangelio cuando vienen los problemas es porque no ha creído (confiado) como dice la Escritura.

De igual manera el apóstol Pablo dice “No os ha tomado tentación, sino la humana; mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar.” [1 Corintios 10:13] Note que Dios se asegura de que no seamos probados más allá de nuestras fuerzas y además junto a la prueba, Él nos provee la salida. De manera que quien abandona el evangelio cuando vienen las tentaciones es porque quiere pecar deliberadamente. Esto mismo lo indicó Santiago cuando dijo: “Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión.” [Santiago. 1:14].

Estos se conocen como creyentes temporales. Estos son los que tan pronto aparecen situaciones de conflicto abandonan la Iglesia del Dios Viviente. No están dispuestos a batallar por la fe que les fue dada. No están dispuestos a retener su fe en los momentos de crisis. Jesús conocía a este tipo de creyente, en su evangelio leemos: “Cuando estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía. Pero Jesús, por su parte, no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, pues El sabía lo que había en el hombre. [Juan 2:23-25]. Cuando una persona está dispuesta a dejarse arrastrar por sus pasiones y a desobedecer, su corazón no es bueno.

Los conflictos y las tentaciones no son obstáculos para el crecimiento del verdadero creyente, al contrario, son el mecanismo a través del cuál maduran; guiados y fortalecidos por el Espíritu Santo.

Esta semilla se quedó a nivel de la superficie del corazón, no entró al corazón del creyente (no tenía raíces profundas). Las raíces profundas son sinónimo de árboles saludables y fuertes. El creyente es el árbol y sus raíces representan el efecto de la palabra sembrada cuando entra a su corazón. Cuando la palabra no puede penetrar el corazón no se producen las raíces, y al venir la inclemencias del tiempo (sol fuerte, vientos, …) el árbol se seca, muere y se cae. En este caso la semilla crece sin limitaciones por breve tiempo, viene la dificultad y se seca; por lo cual no produce fruto.

Entre los Espinos [el mundo y sus deseos]

La que fue sembrada en medio de los espinos, los espinos crecieron con ellay la ahogaron. En este caso la semilla crece junto a otras formas de pensamiento y actitudes que eventualmente la ahogarán, no la dejan que entre al corazón y produzca raíces. De manera que este también

[OYE : ENTIENDE : CREE – CONTAMINADO].

En este creyente, la yerba mala (zorra) crece junto a la semilla. ¿Cuáles son estos espinos? Las preocupacioneslas riquezas y los placeres de la vida.

Las preocupaciones del mundo: ¿qué habremos de comer?, ¿qué habremos de vestir?, ¿qué dirán de nosotros?, y ¿cuál será nuestro futuro? Él Señor Jesús indicó claramente que no nos preocupásemos por estas cosas. Nos enseñó que si buscamos de todo corazón, Él mismo se encargará de suplir todas nuestras necesidades y guiar nuestros pasos para estar en paz con Dios y con los hombres. Las preocupaciones conducen a la ansiedad, el afán y a la angustia. Todos estos estados impiden que la palabra halle espacio en los corazones de los creyentes. De manera que las preocupaciones la van limitando para que no pueda entrar al corazón.

El engaño de las riquezas: pensar que la seguridadla estabilidad y la felicidad se alcanzan a través de la riqueza material. Este estado consiste en amar más a las riquezas que a Dios; una de las idolatrías más comunes en la sociedad moderna. El amor al dinero es raíz a todos los males de nuestra sociedad: tanto dentro como fuera de la iglesia. ¿Cómo sabemos que amamos al dinero? Su manifestación más sutil consiste en que tenemos dificultad para darle a Dios de lo que Él nos ha dado. Damos, pero no lo hacemos con alegría. Hasta el caso extremo donde estamos más interesados en nuestros negocios terrenales (aumentar nuestros bienes materiales) que en el reino de los cielos (aumentar nuestras riquezas en el cielo) [Lucas 12:16-21]. Cuando una persona ama el dinero su corazón no es recto – está dispuesto a hacer cualquier cosa por aumentar su riqueza material.

Los placeres de la vida (deseos de las demás cosas), estos son los creyentes temporales que solo están interesados es que se les ministre y se les sirva; no están muy dispuestos a servir – no tienen corazón de siervo. Tenemos que estar conscientes de que Dios nos llamó a servir y no a ser servidos. Solo quieren disfrutar de las bendiciones y de la paz personal (egoísmo). Esta es otra de las formas de pensamiento (molde) que ha estado utilizando el mundo y el diablo, muy efectivamente, incluso para inactivar aún a verdaderos creyentes.

Este grupo de creyentes temporales tampoco logra dar fruto – la fruta no madura, se quedan sin fruto; esto es, se vuelve estéril. El Señor Jesús indicó con completa claridad que el que no da fruto es cortado y lanzado al fuego.

Resumiendo lo dicho hasta el momento:

Junto al Camino – oye con dificultad, no entiende y no cree. La palabra no haya espacio en su corazón – corazón endurecido.

Sobre la Roca – oye, entiende y recibe (cree) con alegría. Pero cree por breve tiempo – cree hasta que llega la dificultad (problemas y tentaciones). No da fruto – indicando que no cree conforme a la Escritura. Su corazón no es bueno.

Entre los Espinos – oye, entiende y cree; simultaneamente permite que otras formas de pensamiento y actitudes crezcan y eventualmente ahoguen la semilla. No da fruto – indicando que no cree conforme a la Escritura. Su corazón no es recto – ama las riquezas y los placeres de la vida.

En Buena Tierra [mucho fruto]

La que fue sembrada en la tierra buena, creció y produjo una cosecha a ciento por unootra a sesenta y otra a treinta. Este es el verdadero creyente. ¿Qué caracteriza a un verdadero creyente?; da fruto. El árbol es conocido por su fruto. De este creyente no se puede decir: lo que haces no me deja oír lo que dices.

Este es el creyente que

[OYE : ENTIENDE : CREE : RETIENE : DA MUCHO FRUTO]

Note que para dar mucho fruto es necesario retener la palabra (Juan 15:1-5), especialmente donde los otros fallaron; cuando hay conflictos. La persona que retiene la palabra es la que obedece, espera siempre en Dios, de manera que hace morir al viejo hombre. Retener es lo mismo que perseverar – permanecer obediente a la palabra de Dios independiente de cuales sean las condiciones del tiempo (sol caliente, vientos fuertes, …).

Para llegar a dar mucho fruto el corazón del creyente tiene que ser recto y bueno.

¿Qué nos enseña el Señor Jesús en esta parábola?

  • Necesitamos tener un corazón recto y bueno para poder dar mucho fruto.
  • El que tiene este tipo de corazón persevera en la doctrina de Cristo especialmente cuando vienen los conflictos.
  • Un corazón recto es uno que no se involucra en los negocios de la vida – no ama las riquezas ni los placeres de la vida (no busca que le sirvan y tener paz personal).
  • Un corazón bueno es aquel que no cede ante las tentaciones y que no cambia de opinión cuando vienen los problemas.
  • Los verdaderos creyentes se caracterizan porque dicen presente, especialmente cuando hay necesidad, su propósito en la vida es servir a otros.
  • Los verdaderos creyentes deben examinarse cada día, para evitar que sus corazones se contaminen.

El mensaje de reconciliación

Cuando leemos esta parábola desde la perspectiva del Ministerio de Reconciliación, encontramos grandes enseñanzas para nuestro pueblo. Algunas de estas enseñanzas son:

1. La proclamación del evangelio es un proceso arduo y sacrificado. Las personas que anuncian el mensaje cristiano van de lugar en lugar sembrando la semilla de la reconciliación. Algunas personas rechazaran el mensaje. Otras no abrirán su corazón al mismo. Aún otras lo abandonarán después de recibirlo con entusiasmo.

2. Sin embargo, esto no debe desanimarnos. El mensaje dará un fruto abundante y sorprendente en las vidas de aquellas personas que comprendan que la reconciliación con Dios implica necesariamente la reconciliación con los demás.

3. Es necesario esperar un tiempo para ver el fruto de la reconciliación. Del mismo modo que una semilla toma tiempo para convertirse en un arbusto y para dar fruto, así el mensaje de la reconciliación toma un tiempo en dar frutos de justicia.

4. Un grupo relativamente pequeño de creyentes puede hacer una gran diferencia tanto en la iglesia como en la sociedad. El fruto espiritual del evangelio es tan grande que un puñado de personas comprometidas con el reino de Dios pueden transformar una institución tan compleja como muestra denominación.

5. En últimas cuentas, el reino de Dios es una realidad “escatológica”, es decir, relacionada con el fin de los tiempos. Esto quiere decir que no podremos eliminar totalmente los elementos pecaminosos de nuestra sociedad. La transformación total del mundo sólo ocurrirá al final de los tiempos. Sin embargo, la iglesia, como avanzada y señal del reino de Dios, debe continuar desafiando a nuestra sociedad a vivir de acuerdo con los valores divinos. Del mismo modo, la iglesia esforzarse por vivir de manera tal que la gente pueda ver esos valores reflejados en nuestra vida diaria.

Conclusión

Santiago 3:18 dice: “Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.” Con esta certeza en nuestros corazones, debemos proclamar el mensaje de la reconciliación. Del mismo modo, debemos luchar para desmantelar el sistema racista que oprime a nuestra Iglesia, alejándola del reino de Dios. En fin, afirmamos que si sembramos reconciliación, cosecharemos justicia. Apoyemos, pues, el Ministerio de Reconciliación de la Iglesia Cristiana.

Bibliografía

Cook, Guillermo y Foulkes, Ricardo. Marcos, en la serie Comentario Bíblico Hispanoamericano (Miami: Editorial Caribe, 1990).

Malina, Bruce J. y Rohrbaugh, Richard L. Social-Science Commentary on the Synoptic Gospels (Minneapolis: Fortress Press, 1992).

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