Padre e Hijo adoran al Señor

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Génesis 22:1-13


Jehová Dios ordenó a Abraham que junto con su hijo fuera hasta un monte que estaba a tres días de camino de su casa para que allí ofreciera un sacrificio dedicado a Él. Pero en esta ocasión un corderito no iba a ser ofrecido, sino que Isaac, su hijo era la víctima. Jehová hizo tal ordenanza para ver la cantidad de amor que Abraham tenía para Dios y para su propio hijo. Al Señor le agradó que padre e hijo fueran juntos para adorarle, sin escatimar costo y esfuerzo.


Quiero enfocarme en esta ocasión tan especial a la actitud asumida por Isaac
al enterarse que él era la víctima del sacrificio.


Isaac va con su papá a adorar a Dios (vr.5).
La Biblia presenta este hermoso cuadro donde Isaac acompaña a su papá
hasta un monte para adorar a Dios. Isaac iba lleno de felicidad junto a papá,
le ayudó a llevar con ellos la leña, nunca se negó a ir con su padre al lugar
señalado por Jehová, aunque tardaron tres días de camino hasta llegar al sitio indicado.
De igual manera tú tienes que ser un niño que los domingos por la mañana se
alista para ir con tus papás al templo para adorar a Dios, y también a la escuela dominical. No vayas enojado, tampoco de mala gana, sino que debes ir lleno de felicidad.


Isaac hace preguntas acerca de la adoración a su padre (vr.7).
Isaac ya había acompañado a su padre muchas veces y sabía qué elementos
se requerían para adorar a Jehová, él recordó que se necesitaba leña, fuego
y un corderito, pero esta ocasión no llevaban con ellos un corderito. Eso lo
motivó a hacerle una pregunta a su papá y, desde luego que Abraham le
explicó qué estaba pasando en esa ocasión especial.


Es muy probable que tú tengas muchas preguntas acerca de Dios, de la Biblia,
de la iglesia y de varias cosas, con toda confianza pregúntale a tu papá qué es
lo que pasa y sin duda él te dará la respuesta acertada a tus dudas.


Isaac ve el milagro que su papá le prometió (vrs. 8,13).
Abraham le dijo a Isaac que Dios se iba a proveer de un corderito para que
ellos lo sacrificaran para adorar. Cuando Jehová indicó a Abraham que ya
no ofreciera en sacrificio a Isaac, porque ya veía todo el amor que le tenía y
que aunque le dolía, estuvo dispuesto a sacrificar a su propio hijo. Vieron un
carnero que estaba cerca del altar que ellos construyeron, el cual sacrificaron.


Tal vez has oído a tú papá o a tú mamá que te aseguran que Dios va a hacer
un milagro en tu familia, en tu casa o en tu cuerpo; debes creerles porque es
cierto. Dios va a realizar el milagro que se necesite y va a bendecirte.


Isaac entendió que su papá lo amaba, pero amaba más a Dios (vrs.2,12)
Isaac sintió miedo cuando su papá lo ató sobre la leña y también cuando
acercó el fuego para encenderla, ya que sabía iba a morir, pero se alegró
cuando oyó la voz del Señor para impedir que tal cosa sucediera. En algún
momento Isaac sintió que su papá no lo amaba y que estaba haciendo mal
las cosas, pero después entendió que sí lo amaba, pero amaba más a Dios.


Es posible que tú no entiendas muchas cosas que tú papá hace en el templo y
que quizá muestran que no te ama, sin embargo, déjame decirte que sí te ama, pero también ama más a Dios. Como por ejemplo, tal vez no entiendes porqué tú papá da su diezmo cuando en tu casa ese dinero se necesita para muchas
cosas; piensas: papá no nos ama, ya que ese dinero mejor debería ocuparlo en
comprarnos ropa o comida… No te preocupes, tu papá te ama, pero tiene que
obedecer a Dios porque también lo ama a Él. Dios va bendecir el trabajo de tú
papá y va a recibir multiplicado su diezmo.


Isaac regresó feliz a casa con su papá.
Sin duda alguna que al término del sacrificio ofrecido por Abraham y su hijo se abrazaron y besaron llenos de gratitud de oír la voz de Dios, pero también al descubrir que entre ellos se amaban mucho, pero a Jehová también lo amaban con todo su ser. Regresaron hasta donde los aguardaban los criados (tal como Abraham les aseguró que regresarían), para dirigirse a casa donde Sara los esperaba como cada ocasión que su esposo e hijo iban a adorar a Dios.


Cuando regresas a casa luego que ha terminado el culto sin duda que vas
lleno de felicidad y gratitud a Dios con tu familia, puesto que han escuchado la predicación y también han cantado al Señor, y en casa ahora a convivir llenos de amor.


Conclusión:
No olvides, ve todos los domingos con tú papá al templo.
Sí él no quiere ir, tú invítalo para que asista y recuérdale que es para que Dios
los bendiga.
No te quedes con tus preguntas, exprésalas a tu papá.
Recuerda, debemos amar a Dios más que a todas las personas.


Enviado por Hermilo Rojo Venegas



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